Agropecuario y Gestión Forestal
- Conflicto por tenencia de la tierra y su uso en Mapiripán, Meta
- Deforestación en áreas de conservación en Calamar -Miraflores
- Praderización Losada-Guayabero
Conflicto en acaparamiento y uso de la tierra en Mapiripán, Meta
Descripción
El municipio de Mapiripán es el resultado de procesos de colonización a comienzos del siglo XX, atraídos por la explotación del caucho hacia 1950 y 1960 objeto de migración extranjera (IGAC, 2022). El área municipal es de 11.938 km² y limita al Norte con San Martín y Puerto Gaitán (Meta), al Este con Cumaribo (Vichada), al Sur con Puerto Concordia (Meta) y San José del Guaviare (Guaviare) y al Oeste con Puerto Lleras (Meta) (IGAC, 2022). Mapiripán, ha sido descrito como un municipio al sur del Meta, perdido en los límites con el Guaviare, donde los Llanos se encuentran con la tupida selva de la Amazonía. En Mapiripán a lo largo de su historia se han dado distintas situaciones de conflicto que han terminado afectando en muchos momentos gravemente a su población.
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Dentro de las tensiones sociales que han perdurado en el tiempo en este conflicto socioambiental, se destaca lo señalado por la comisión intereclesial de justicia y paz (2021) quienes indican que la empresa Poligrow con el respaldo de instituciones estatales prohíbe a las comunidades indígenas Sikuani y Jiw el acceso a sus zonas sagradas, al igual que al ejercicio tradicional de la caza y la pesca. Estas comunidades, señala la comisión, que están siendo vulneradas por la producción palmera puesto que esta actividad les ha ocasionado escasez y contaminación de agua entre otras afectaciones para su subsistencia. Adicionalmente, en el marco de este conflicto desde la CIJP (2018), se señala que algunos indígenas han sido asesinados en la zona, con signos de tortura, como fue el caso de una líder comunitaria, que trabajaba en el esclarecimiento de la propiedad de tierras. En los testimonios que ha recogido la CIJP (2021), se encuentra el sentir de esta comunidad que manifiesta “Queremos volver al territorio, reconectar con nuestros espíritus y mayores, necesitamos nuestro territorio libre de palma y así poder volver a ser Sikuani”. Afirmación referente a las exigencias que la comunidad Sikuani le hacen a las instituciones del Estado para la restitución del territorio y en exigencia a que se garantice su derecho fundamental a la consulta previa sobre la continuidad o no del proyecto palmero.
En Mapiripán, durante la década de los 80’s se dio la titulación de predios baldíos a terratenientes ganaderos de otras zonas del país, de acuerdo a lo que se señala en la publicación de Tierras en Disputa (2012), especialmente de la región de Antioquia, quienes compraron predios a campesinos a bajos precios. Como parte de lo que señala la CIJP (2016, 2018 y 2021) sobre este caso, se encuentra que posteriormente a la titulación de baldíos, a la zona han llegado grupos armados ilegales paramilitares, que han intimidado a personas de las comunidades indígenas, desplazándolas de las tierras adjudicadas por la Agencia Nacional de Tierras (ANT).
Igualmente, varias publicaciones identifican que uno de los principales actores involucrados en este conflicto socioambiental de la última década, ha sido la empresa palmera Poligrow, la cual llegó al territorio, atraída por la posibilidad de hacer inversiones para adelantar su actividad productiva relacionada con el cultivo de palma africana, tambien conocida como palma de aceite. No obstante, en el marco del desarrollo de sus actividades productivas se han venido generando una serie de situaciones que han desencadenado distintas tensiones sociales, en donde se ha señalado en distintos momentos y por distintas entidades tanto estatales como de la sociedad civil, que la empresa ha acumulado ilegalmente UAFs (Unidad Agrícola Familiar), creando las haciendas Macondo I, II y III, no cumpliendo de acuerdo a lo que señala en distintos medios de comunicación con la ley sobre tenencia y adjudicación de las UAF, de acuerdo a lo señalado en la Ley 160 de 1994
En el 2017, sale informe de la Contraloría, donde se señala que la empresa palmera, presuntamente, obtuvo más de 5.000 hectáreas de origen baldío de manera anómala por lo que se hace traslado a la Fiscalía y a la Procuraduría para determinar si existen responsabilidades penales y/o disciplinarias. En contraste, la organización Tierra en Disputa, señala que durante el 2016 y 2017 hubo un proceso judicial por enriquecimiento ilícito y fraude procesal por adquirir varios predios en el territorio, en contra del representante de la empresa Poligrow, esta organización indica que en agosto de 2017, un juez determinó la inocencia del representante legal de la empresa, tras no hallar pruebas ni testimonios contundentes (Tierra en Disputa, 2023). Posterior a esto en el 2020, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WMR) señaló en uno de sus artículos que la empresa palmícola Poligrow en Colombia, planea acaparar más tierras bajo el esquema de “pequeños productores” (WMR, 2020).
Adicional a esto, desde la CIJP (2016, 2018 y 2021) junto con otras fuentes, se señala que dentro de las malas prácticas ambientales que tiene la empresa esta el uso del agua de lagunas naturales, morichales y humedales, contaminándolos y afectando la biodiversidad que depende de estas fuentes como el caño Yamu. Igualmente, señalan que, en las solicitudes de agua, realizadas por la empresa a Cormacarena son para el uso exclusivo de agua concesionada para riego, pero la usan también en el campamento de empleados y la extractora. Así mismo, se indica que aunque la empresa tiene prohibido depositar el fruto directamente en el suelo por los lixiviados y contaminación que produce, se sigue haciendo de este modo. Junto con estas situaciones, se le suma que se señala que la empresa también construyó una presa sobre una laguna para aumentarle el tamaño, modificando sus ciclos naturales, además a esto se ha acusado a la empresa por crear deforestación.
El representante de la empresa Poligrow afirma que en Mapiripán hay 400.000 hectáreas que hacen parte de la frontera agrícola, y que potencialmente para ser cultivadas hay 10.000 hectáreas, de las cuales 6.000 están con palma de aceite. Por lo anterior para el representante la idea no es pensar si hay monocultivos y cómo acabarlos, si no más bien se debe pensar que Colombia puede alimentar al mundo superando el “mito” de que la palma de aceite no deja espacio para nada más (La republica, 2022). Dentro de las afirmacines que han hecho directivos de Poligrow en relación con su producción en el Mapiripan es “…Nuestro compromiso es incluir más a las comunidades y, por ejemplo, a víctimas del conflicto. La idea es que las personas sean operadores de sus propios servicios, con asistencia técnica a largo plazo. También, la garantía de la compra del fruto a valores del mercado…”(La republica, 2023).
Igualmente medios como La Metro Noticias (2019), indican que hay personas de la población de Mapiripán cuya posición es: “Mapiripán ha surgido de la oscuridad a la luz, es una zona que a pesar de las adversidades y de todos los problemas de violencia que se vivieron hace varios años, ha tratado de salir adelante gracias a la intervención de empresas privadas como Poligrow”.
Por otra parte en contraste con estas acciones y declaraciones, la corte constitucional le ordenó al Ministerio de Ambiente dar respuesta a una petición que busca solucionar los problemas ambientales y territoriales de un resguardo indígena de la comunidad Sikuani de Mapiripán, además, le pidió al Ministerio de Ambiente coordinar una mesa de trabajo con entidades del orden nacional, departamental y municipal, para abordar la problemática ambiental y verificar el estado y condiciones de vida del pueblo indígena (Gómez, 2023).
Sumado a esto, La UnidadDeRestitución de Tierras, URT, resolvió un recurso de reposición contra un acto administrativo de no inscripción de un predio localizado en el municipio de Mapiripán, Meta en el Registro de Tierras Despojadas y Abandonadas Forzosamente -RTDAF presentado por la ComisióndeJusticiayPaz, de un campesino de Mapiripán, despojado de su predio y en donde actualmente la empresa palmera Poligrow desarrolla proyectos agroindustriales. En donde la URT decidió inscribir el predio en el RTDAF y así, continuar con la fase judicial.
Ubicación
Departamento: Meta
Municipios: Mapiripán
Otros datos Ubicación: Caserío el Rincón del Indio, Predio Las Zaragozas, Laguna Sagrada de las Toninas, Caño Ovejas, Haciendas Macondo I, II Y III, Toninas y Barandales.
Causas
En Mapiripán durante la década de los 80’s se dio la titulación de predios baldíos a terratenientes ganaderos de otras zonas del país, de acuerdo a lo que se señala en la publicación de Tierras en Disputa (2012), especialmente de la región de Antioquia, quienes compraron predios a campesinos a bajos precios. Como parte de lo que señala la CIJP (2016, 2018 y 2021) sobre este caso, se encuentra que posteriormente a la titulación de baldíos, a la zona han llegado grupos armados ilegales paramilitares, que han intimidado a personas de las comunidades indígenas, desplazándolas de las tierras adjudicadas por la Agencia Nacional de Tierras (ANT).
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En Mapiripán durante la década de los 80’s se dio la titulación de predios baldíos a terratenientes ganaderos de otras zonas del país, de acuerdo a lo que se señala en la publicación de Tierras en Disputa (2012), especialmente de la región de Antioquia, quienes compraron predios a campesinos a bajos precios. Como parte de lo que señala la CIJP (2016, 2018 y 2021) sobre este caso, se encuentra que posteriormente a la titulación de baldíos, a la zona han llegado grupos armados ilegales paramilitares, que han intimidado a personas de las comunidades indígenas, desplazándolas de las tierras adjudicadas por la Agencia Nacional de Tierras (ANT).
Igualmente, varias publicaciones identifican que uno de los principales actores involucrados en este conflicto socioambiental de la última década, ha sido la empresa palmera Poligrow, la cual llegó al territorio, atraída por la posibilidad de hacer inversiones para adelantar su actividad productiva relacionada con el cultivo de palma africana tambien conocida como palma de aceite. No obstante, en el marco del desarrollo de sus actividades productivas se han venido generando una serie de situaciones que han desencadenado distintas tensiones sociales, en donde se ha señalado en distintos momentos y por distintas entidades tanto estatales como de la sociedad civil, que la empresa ha acumulado ilegalmente UAFs (Unidad Agrícola Familiar), creando las haciendas Macondo I, II y III, no cumpliendo de acuerdo a lo que señala en distintos medios de comunicación con la ley sobre tenencia y adjudicación de las UAF, de acuerdo a lo señalado en la Ley 160 de 1994.
En fuentes como el informe de Indepaz (2015) hay señalamientos que incluso desde la Alcaldía de Mapiripán se ha favorecido la compraventa ilegal de tierras, con lo cual ha visto favorecida la empresa. Esta situación contrasta con las solicitudes de restitución de tierras, siendo Mapiripán uno de los municipios que aún en 2020, no ha visto retornar a la población víctima de desplazamiento forzado, por falta de garantías de seguridad reportada por la Fuerza Pública.
Igualmente, Indepaz (2015) indicó que INCODER demandó a Poligrow por la acumulación de UAFs, que originalmente eran baldíos. A esto se le suma que la producción de la palma en predios como Barandales, Las Toninas y Macondo I, II y III, es contrastante debido a que se señala que en esta zona sólo se permite su uso con fines de conservación, restauración y reserva forestal. Sin embargo, allí se ha estado llevando a cabo la explotación agroindustrial de cultivo y procesamiento de aceite de palma.
Por otra parte, la empresa Poligrow realizó una consulta sobre la existencia de comunidades indígenas en traslape con las tierras que pretendía adquirir y explotar en donde la Certificación número 1318 de 2012 de Ministerio de Interior, en donde se indica por parte de esta cartera la no presencia de comunidades indígenas, no obstante esto contrasta con lo señalado por algunos medios como contagio radio (2018), en donde señalan que el Juzgado de restitución de tierras de Villavicencio indicó que estás son tierras ancestrates de los Sikuani. De otro lado, la CIJP (2016, 2018 y 2021) ha venido señalando que la empresa también ha estado limitando el ejercicio de las actividades tradicionales indígenas en la zona, lo que además de afectar su libertad y libre desarrollo, ha estado afectando su seguridad alimentaria. Muchas de las tierras ancestrales de los Sikuani y los Jiw en el municipio de Mapiripán están ocupadas por las plantaciones industriales de palma africana de la empresa multinacional Poligrow (PBI Colombia, 2017).
Igualmente, la producción palmera realizada por la empresa ha realizado un aprovechamiento de agua de lagunas y caños naturales, para su explotación, generando contaminación de fuentes hídricas con residuos, creando a su vez escasez de agua para las comunidades de acuerdo a lo se señala en medios como la verdad abierta (2015).
Actores
Comunidades Indígenas | Actores Sociales | Instituciones Estatales | Autoridad Ambiental | Sector Privado | Actores Armados | Otros |
---|---|---|---|---|---|---|
Indígenas Jiw; Cabildo Caño Ovejas; Indígenas Sikuani | Juntas de acción comunal | Contraloría General; Fiscalía General; Superintendencia Delegada para la Protección, Restitución y Formación de Tierras; INCODER (actual Agencia Nacional de Tierras - ANT) Alcaldía de Mapiripán; Agencia Nacional de Tierras; Minambiente, Corte constitucional; Unidad de Restitución de Tierras-URT; Unidad para las víctimas | CORMACARENA | Poligrow, Fedepalma | Paramilitares | Comisión Intereclesial de Justicia y Paz |
Impactos
Impactos Ambientales | Impactos Sociales |
---|---|
Impacto ambiental principal Cambio en el uso del suelo Impacto ambiental secundario Contaminación/afectación a fuentes hídricas Otros impactos ambientales Afectación o pérdida de biodiversidad terrestres (flora, fauna silvestre, agrobiodiversidad) | Impacto social, cultural y económico principal Apropiación privada de áreas Impacto social, cultural y económico secundario Desplazamiento Otros impactos sociales, culturales y económicos División y enfrentamiento entre miembros de la misma comunidad |
Momentos Clave
Descargables
¿Cómo citar?
SIAT-AC Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI (2022). Atlas de conflictos socioambientales de la Amazonia colombiana. Conflicto en acaparamiento y uso de la tierra en Mapiripán, Meta [Página web]. Disponible en: https://siatac.co/otras-actividades/#conflicto-en-acaparamiento-y-uso-de-la-tierra-en-mapiripan-meta
Núcleos de deforestación en áreas de conservación en el corredor Calamar-Miraflores
Descripción
El conflicto socioambiental que se presenta en el corredor y carretera Calamar – Miraflores en el sur del Guaviare, refleja lo que ha sucedido en otras partes del país luego de los Acuerdos de Paz, en regiones y territorios que antes eran dominados por las extintas FARC y que quedaron huérfanos de algún tipo de autoridad y sin presencia estatal, convirtiéndose en espacio fértil para el acaparamiento de tierras, nuevas olas de colonización campesina, praderización, ganadería extensiva, y ampliación de la frontera agrícola entre otros (La Silla Vacía, 2022; Mongabay, 2022, Zona Franca, 2021). Este conflicto se caracteriza por las altas tasas de deforestación, vinculadas al aumento desmedido de la ganadería extensiva, y en menor medida por la presencia los cultivos de uso ilícito.
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Como cualquier otro conflicto socioambiental, para entenderlo es importante comprender la historia de su configuración territorial y espacial, e identificar a los actores que han hecho presencia en esta región, y su forma de relación con el territorio y sus recursos. De un lado esta carretera tuvo sus inicios con las extintas guerrillas de las FARC-EP hace más de 40 años, y también con participación de las comunidades del municipio de Miraflores (SEMANA, 2020; Espectador, 2022). Luego del Acuerdo de paz con las extintas FARC en 2016, este corredor se convirtió en un foco de ganadería extensiva reemplazando de alguna forma a los cultivos de uso ilícito. Adicional a lo anterior, la falta de regulación y presencia estatal, han allanado el camino para que se den procesos de acaparamiento, dirigidos por “caras no visibles” que financian la deforestación a gran escala, e introducen ganado en la región (Mongabay, 2022; Zona Franca, 2021; El Espectador, 2022).
La ampliación de esta carretera ha continuado en los últimos 6 años, pues se han ampliado 59 kilómetros en solo cuatro años luego de los Acuerdos de Paz (SEMANA, 2020). Igualmente, la deforestación se está llevando a cabo tanto en épocas de verano como en época de lluvias, expandiendo el problema del acaparamiento de tierras, la ampliación de la frontera agrícola y la ganadería ilegal (Mongabay, 2022; SEMANA, 2020). La Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) en su informe Seguimiento de la pérdida de bosques y cambio de cobertura en el arco de deforestación en la Amazonía colombiana (abril 2021-marzo 2022) indicó como uno de los siete principales núcleos de deforestación la carretera Calamar-Miraflores (Mongabay 2022). Sumado a lo anterior esta trocha o carretera ilegal, se convierte en un motivo para la especulación de precios de la tierra y la valorización de la misma, como lo indica el reporte e investigación de la Silla Vacía (2022), el precio de la tierra en San José del Guaviare ha implicado que personas que vienen de otras zonas del país compren a los campesinos para dedicar las tierras a la ganadería.
Es importante entender que ésta zona fue un sitio de control territorial dominado durante décadas por las extintas FARC, en este sentido éste era el actor que tenía autoridad en la zona, y tenían determinadas reglamentaciones para el uso del bosque, de los ecosistemas y del territorio, durante la época del conflicto armado paradójicamente se dio la conservación de éstas zonas, en tanto los cultivos de uso ilícito no implicaban grandes extensiones de deforestación, en la actualidad las disidencias de las FARC siguen ejerciendo un tipo de control territorial pero ya no realizan actividades de control sobre el uso de los recursos naturales (El Espectador, 2022). Luego de 2016 con la entrega de armas de las extintas FARC y el proceso de paz de la Habana, se dieron cambios transcendentales en las dinámicas territoriales “”cuando las extintas FARC se retiraron, estas normas se acabaron y esas tierras quedaron sin una autoridad que las protegiera. Fue en ese momento cuando empezó un nuevo proceso de colonización en el sur del Guaviare y cuando la destrucción de la selva empezó a convertirse en un problema”” (La Silla Vacía, 2022). Nuevos colonos y principalmente grandes financiadores de la deforestación, llegados de otros lugares y regiones son los responsables de la deforestación y del ingreso de ganadería. “”En Calamar, desde 2016, ha disminuido el número de hectáreas de coca, mientras que ha aumentado el número de cabezas de ganado. Y lo mismo ha sucedido en el pueblo vecino de Miraflores, pues la nueva economía del ganado abarca a todo el Guaviare”” (La Silla Vacía, 2022).
La carretera de 138 kilómetros que atraviesa las selvas del Guaviare conectando los municipios de Miraflores y Calamar, está construida además sobre un corredor de conectividad biológica entre la Serranía de Chiribiquete y la Reserva Nukak, donde confluyen la Amazonia, el Orinoco y el Escudo Guayanés. Calamar y Miraflores están separados por más de 100 kilómetros de bosque, esa trocha, que por 162 kilómetros recorre grandes extensiones de bosque en el Guaviare, es hoy uno de los mayores focos de deforestación de la Amazonia. En tan solo cinco años se ha transformado completamente por la deforestación, la quema de bosques y la praderización. Al parecer se trata de una verdad que aún cuesta nombrar “”Hablar con franqueza de la coca, la deforestación, la ganadería y los dueños de la tierra en el sur del Guaviare es muy difícil, si uno quiere seguir viviendo sin problemas. Existe el miedo a convertirse en blanco de Gentil Duarte, el antiguo comandante de las Farc que nunca entregó sus armas y ahora lidera la disidencia más grande del país (…) da miedo que lo que uno diga termine torpedeando los intereses de otros; en especial, de ese otro casi invisible que paga para tumbar bosques y meter vacas. Da miedo imaginarse las represalias que puedan producir las palabras”” (La Silla Vacía, 2022).
Según el reporte investigativo y periodístico de Zona Franca (2019) en el departamento del Guaviare, la gente tiene miedo de nombrar quienes son los grandes acaparadores de tierra en el Guaviare, y muy pocos se atreven a mencionar los vínculos con figuras de la política departamental, aunque todos lo saben pocos se atreven a decirlo. En relación con lo anteriormente expuesto, afirma Rodrigo Botero (SEMANA, 2020) que en esta trocha- corredor, se presenta principalmente un problema de ingobernabilidad. Así mismo, Botero (2020) afirma que en la actualidad en este corredor Calamar-Miraflores la mayor amenaza se da por la apertura de la frontera agropecuaria sobre las grandes áreas de conservación como son los Parques Naturales, los resguardos indígenas y la Reserva Forestal de la Amazonia. Es importante destacar que esta trocha o carretera ilegal es resultado de los procesos de conflicto armado que vivió Colombia y de la siembra de cultivos de uso ilícito asociados a este fenómeno. Esta carretera comenzó a ser construida por las extintas FARC hace más de 20 años, en la actualidad se trata de una de las zonas con más altos niveles de deforestación, como consecuencia de las distintas dinámicas que confluyen allí, tanto la apropiación de grandes extensiones de tierras, por personas con grandes capitales, como procesos de colonización campesina, el control de grupos armados ilegales y la economía que generan los cultivos de uso ilícito, afirma Botero para la revista SEMANA (2020).
Alrededor de esta vía podría haber medio millón de hectáreas con riesgo de deforestación, esto lo demuestran varios estudios que confirman que esta zona presentó una de las mayores intensidades de deforestación en 2019 para la Amazonia. Indica el informe Colombia Más 20, (El Espectador 2022) que según el IDEAM que entre 2016 y 2019 hubo aumentos en la deforestación, en este lapso de tiempo Miraflores perdió 4.300 hectáreas de selva y Calamar 26.869, 5.075 hectáreas deforestadas alrededor de la vía. Actualmente ésta vía es objeto de una compleja disputa, aunque su construcción se atribuye a las extintas FARC, una mezcla de intereses políticos y económicos la han expandido. Por ejemplo, la carretera fue una de las promesas de campaña del exgobernador del departamento, Nevio Echeverry, y de los exalcaldes de Calamar, Pedro Pablo Novoa, y de Miraflores, Jhonivar Cumbe, ellos aseguraban que la comunidad de Miraflores, en la que viven aproximadamente 5.000 personas, merecía estar conectada en mejores condiciones, y por eso comenzaron a tomar acciones para abrir la vía, e incluso propusieron al Invias pavimentarla (SEMANA, 2020).
Adicionalmente en diciembre del año 2019, la Fiscalía General de la Nación en sus labores de policía judicial y bajo la ‘Estrategia de Investigación contra la Deforestación en la Amazonía Colombiana’, identificó el grave daño ambiental y la acelerada pérdida de selva en la zona de especial protección ecológica entre Calamar y Miraflores. Según esta instancia la construcción de la vía sin los permisos ni licencias ambientales, el paso de vehículos pesados y los asentamientos que se dan luego de la tala y quema de bosques, afectaron el deterioro del área protegida y de las fuentes hídricas de la región. El alcalde de Calamar, Pedro Pablo Novoa Bernal; y el alcalde de Miraflores, Jhonivar Cumbe, habrían facilitado el avance de las obras en el corredor vial de 138 kilómetros y, al parecer, fueron permisivos frente a las irregularidades que se presentaron. “”Según el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), la deforestación se triplicó en Guaviare durante el período de gobierno de los dos mandatarios locales. Pasó de 11.456 hectáreas en 2015 a 34.527 hectáreas en 2018. Varios de los focos de deforestación e incendios están relacionados con el área de influencia de la carretera ilegal”” (Fiscalía, 2019). Por lo anterior la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos imputó a los alcaldes de Calamar y Miraflores (Guaviare) como presuntos responsables de los delitos de daño a los recursos naturales agravado e invasión de área de especial importancia ecológica agravada, en circunstancia de mayor punibilidad por la condición de funcionarios de los dos investigados. El juez de control de garantías de San José del Guaviare accedió a la petición de la Fiscalía, y decretó como medida cautelar el cierre inmediato de la vía y la prohibición del tránsito de vehículos pesados, incluidos los automotores de la Gobernación de Guaviare y maquinaria amarilla (Fiscalía, 2019).
Concluye el portal investigativo y periodístico de La Silla Vacía (2022), que luego del proceso de paz, y de que las extintas FARC dejaran la zona, aumentaron notablemente las hectáreas dedicadas al ganado y disminuyeron las hectáreas de cultivo de uso ilícito, “”antes de que llegara la bonanza del ganado, la deforestación no era un problema que estuviera en la mira de muchos. Tal vez porque, aunque la siembra de coca también termina talando árboles, no lo hace al ritmo de la ganadería”” (La Silla Vacía, 2022). Calamar presenta mayores pérdidas de bosque, al estar conectado por tierra con San José del Guaviare y con el Retorno, de otro lado Miraflores es el más afectado, respecto a la economía y bienestar de sus comunidades, debido a que la vía es el único acceso de transporte terrestre para el comercio de alimentos, víveres y combustible, y la problemática social de Miraflores con respecto a la vía se da precisamente por su aislamiento.
En el informe especial Colombia Mas 20, que entrevistó a líderes de la comunidad de Miraflores, éstos afirman que la carretera fue una obra de las comunidades de Miraflores y por lo tanto no debería ser considerada ilegal por el servicio que le presta a la comunidad. En 2019 la Fiscalía ordenó el cierre total de la vía, luego en enero de 2020 la fiscalía se dio cuenta de las necesidades de la comunidad y se hizo una apertura parcial con ciertas limitaciones, permitiendo que pudieran transitar solo vehículos oficiales, motos, y vehículos particulares con 4 personas. Luego en el mes de marzo 2021, el juez promiscuo municipal de San José del Guaviare, ordenó a las autoridades civiles hacer un cierre de la vía Calamar – Miraflores y también ordenó a la fuerza pública vigilancia inmediata de la medida, debido a la solicitud de una fiscala en Medio Ambiente indicó medidas cautelares, para que no pudieran transportarse carros de carga pesada o con pasajeros.
Sin embargo, en el mes de enero de 2022 los campesinos y comunidades de Miraflores protestaron por la escasez de víveres y combustibles asociados al cierre de la vía y al bajo caudal del río Guaviare, y protestaron contra el cierre de un año de la carretera. Las comunidades exigían que les solucionaran el problema de desabastecimiento de alimentos y combustible porque no tenían como transportar carga, pues la carretera de 138 kilómetros es la única vía terrestre que comunica a este municipio con Calamar. Desde la firma del acuerdo de paz, los cultivos ilícitos disminuyeron notablemente porque la mayoría de campesinos se acogieron a los proyectos de sustitución de cultivos ilícitos a través de PNIS Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos, que les había prometido a los campesinos proyecto legales y resolver el problema de la carretera. Sin embargo, el nivel de insatisfacción de los campesinos con el programa es alto, debido a los incumplimientos del mismo a lo que se suma la falta de la carretera, lo cual estaba generando problemas de abastecimiento, pues, aunque los campesinos se dispusieran a trabajar en el desarrollo agrícola de la región, no había forma de sacar los productos. Y aunque al municipio de Calamar lo cobija la figura de zona de reserva campesina, los campesinos no han tenido las garantías para llevar a cabo un proceso de sustitución de cultivos que les garantice su supervivencia. (El Espectador, 2020).
Ante ésta situación la comunidad tiene varias peticiones frente al Estado Colombiano: piden que la carretera Calamar-Miraflores sea reconocida como vía terciaria; solicitan la sustracción de la vía y la malla vial para que el Estado sea el responsable de su mantenimiento; piden también la sustracción de lugares intervenidos, para lograr titulación de las tierras a los campesinos; ampliar la zona de reserva campesina del Guaviare; obtener contratos por pagos de servicios ambientales; solucionar el conflicto entre indígenas y colonos por el territorio. Proponen un cabildo abierto que cuente con presencia de las alcaldías, entidades de nivel departamental, nacional e internacional, organizaciones de derechos humanos y quienes tengan competencia para buscar soluciones. Miraflores es el municipio más afectado debido a los cierres de la vía, pues la única vía de acceso con la que cuenta es precisamente la trocha o carretera ilegal, “”reclaman que se habilite la única carretera que los comunica con el resto del país, pero los ambientalistas y las instituciones sostienen que esto generaría un impacto irreparable en la Amazonía colombiana”” (El Espectador, 2022).
El informe especial de Colombia Más 20 (2022), reconoce el conflicto socioambiental de la trocha Calamar-Miraflores a partir de las disputas legales que enfrentan a campesinos, instituciones y ambientalistas. En este especial periodístico se indica que fueron los colonos y campesinos quienes hace más de 40 años construyeron la vía, por lo cual las comunidades reclaman la necesidad de reclamar y defender la legalización de la vía, las comunidades de Miraflores no entienden por qué si han sido ellos quienes han cuidado y financiado la vía el Estado no quiere legalizarla. Rodrigo Botero director de la FCDS que lleva más de una década haciendo seguimiento a este proceso, expresa que la carretera está generando fragmentación en la conectividad entre la zona central norte del Chiribiquete y la reserva Nukak, y que su activación rompería la barrera de la frontera agropecuaria. (Espectador, 2022) Los campesinos expresan que la falta de posibilidades para sacar los productos agrícolas de la zona, lo que los va a obligar a deforestar. Según los líderes, indican que, aunque la medida cautelar busca parar la deforestación, ésta y el acaparamiento han seguido creciendo, sienten que el Estado pone sobre los campesinos la responsabilidad de cuidar del bosque. Hay entrada de población vulnerable sí, pero especial y particularmente de grandes apropiadores y deforestadores.
En el año 2023 en el contexto del Consejo Nacional de deforestación se identificaron 4 núcleos de deforestación en Calamar, donde se van a iniciar con intervenciones, a partir de la identificación del análisis de predios, con coordenadas de los predios donde se están comenzando con procesos de socolar. Tanto el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo como la gobernación anunciaron que se hará seguimiento a los responsables de la deforestación, se actuará con la fiscalía y las autoridades ambientales. La Gobernación aportará recursos para pagar recompensas sobre informaciones de responsables de la deforestación. Igualmente, la ministra anunció un plan concreto para la inhabilitación de la vía que pasa por el resguardo Yaguará II y un plan específico con la fiscalía para llegar a los predios que participen de procesos de deforestación para abrir procesos de investigación penal al respecto. También envió un mensaje de apoyo a las comunidades campesina, y condenó las amenazas que reciben líderes sociales, así como denunció la aparición de nuevas carreteras ilegales, que van a ser inhabilitadas, porque están abriendo corredores para el acaparamiento de tierras. A finales de 2023 se redoblaron esfuerzos desde el Ministerio de Ambiente para disminuir las altas tasas de deforestación.
Si bien el pico de deforestación sucedió después de la salida de las extintas FARC de la zona, entre 2016 y 2018, y posteriormente los índices bajaron durante unos años, la apertura y expansión de la trocha Calamar – Miraflores y la red de vías que crece perpendicular a ella ha fomentado la aparición de nuevos focos de deforestación en la zona (La Silla Vacía, 2023; FCDS, 2022; Sinchi, 2020). Por ello se ha priorizado la región circundante al corredor Calamar – Miraflores en la estrategia de Núcleos de Desarrollo Forestal y de la Biodiversidad, la cual busca llegar a acuerdos de conservación con actores locales involucrándolos en la conservación del bosque por medio de Pagos por Servicios Ambientales (PSA). La estrategia ha estado acompañada de otras iniciativas de educación ambiental y productivas que apoyan la meta de reducir la deforestación (Ministerio de Ambiente, 2024). Esta estrategia consiste en la entrega de incentivos monetarios a familias campesinas con predios de más de 10 hectáreas de cobertura boscosa. La intención del incentivo es que desarrollen sus actividades productivas en zonas ya afectadas, pero que no avancen el desmonte de la selva en las hectáreas todavía conservadas. También contempla el desarrollo de proyectos productivos sostenibles en los que, por ejemplo, se producen bloques de madera, pero, por cada árbol tumbado, se siembran 10 nuevas unidades en lugares estratégicos como rondas hídricas y corredores biológicos, sin tumbar más de tres o cuatro árboles por hectárea (La Silla Vacía, 2023).
Aunque el incentivo ha aumentado porque han llegado nuevos recursos presupuestarios con el Fondo para la Vida y la Biodiversidad (Ministerio de Ambiente, 2023), los actores campesinos señalan que su objetivo no es depender de ellos sino del desarrollo de actividades productivas sostenibles. En ese sentido la estrategia de los Núcleos de Desarrollo Forestal ha tenido efectos positivos, como evidencia la reducción de hectáreas taladas en veredas y predios involucrados en el programa y la disposición en los actores locales a un cambio en la forma de llevar a cabo sus actividades productivas (Visión Amazonía, 2023). Sin embargo, han resaltado algunas problemáticas relacionadas con la aplicación de la estrategia en un contexto inestable por la presencia de actores armados y dificultades históricas de conectividad en la región. A pesar de que las disidencias de las FARC, que controlan la región del sur del Guaviare, no han propiciado en los últimos dos años deforestación en las áreas de los Núcleos de Desarrollo Forestal (La Silla Vacía, 2023), hay informes de cobro de vacunas a los Pagos por Servicios Ambientales que reciben las familias, así como a sectores productivos de la región. Esto ha sucedido en especial hacia Miraflores, donde hubo presencia histórica de las FARC y hoy continúan grupos disidentes (Cambio, 2023; Marandua, 2024). Al parecer, una división interna en el grupo disidente de las FARC que en la región opera, el Frente Primero Armando Ríos, ha sido el motivo detrás de la intensificación de dinámicas violentas en el último año (Defensoría del Pueblo, 2023).
También hay insatisfacción de la comunidad civil de Miraflores por el cierre de la vía que comunica con Calamar, pues cuando los niveles de agua en el río Vaupés son bajos, el tránsito de Miraflores a Calamar o viceversa puede demorar varios días. Esto ha aumentado los precios de la comida, combustible y demás productos de abastecimiento (El Cuarto Mosquetero, 2024), lo que ha llevado al municipio a declararse en crisis en épocas de sequía (Marandua, 2024). La comunidad ha denunciado que la vía está cerrada para usos básicos necesarios, pero que personas relacionadas al sector político del departamento han usado la vía para hacer carreras ilegales de vehículos 4×4, sin consecuencias legales a pesar de las afectaciones ambientales. También señala que, para lograr consolidar sus proyectos productivos sostenibles como parte de la estrategia de los Núcleos de Desarrollo Forestal, es necesario contar con la vía abierta y en buen estado, para sacar sus productos por allí, y que se comprometen a frenar la tumba de bosque si encuentran alternativas económicas (El Cuarto Mosquetero, 2024).
Por otro lado, se han documentado casos en los que algunas familias han dividido sus predios para recibir dobles Pagos por Servicios Ambientales, o en los que no declaran la totalidad de sus fincas para dejar una porción para tala y praderización. En vista de esto, el Ministerio ha propuesto que sean las Juntas de Acción Comunal quienes administren el dinero del programa de Núcleos de Desarrollo Forestal, para que así puedan regular estas dificultades desde los mismos municipios y veredas.
Ubicación
Departamento: Guaviare
Municipios: Calamar
Otros Municipios: Miraflores
Otros datos de Ubicación: Vias anexas a la carretera resguardo indígena La Yuquera.
Causas
La construcción de más de 138 Kilómetros de una vía ilegal, que atraviesa la reserva forestal de la amazonia, y conecta los departamentos de Guaviare y Vaupés, es reflejo del dominio territorial que durante décadas tuvieron las extintas FARC, también de la falta de presencia estatal, y de la situación de ingobernabilidad territorial que se ha presentado en algunos territorios luego del acuerdo de paz, principalmente por la falta de presencia estatal. Esta vía se comenzó a construir hace varias décadas a partir de una trocha creada por las extintas FARC que conectaban los municipios de Calamar y Miraflores.
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La carretera también ha tenido el impulso de intereses económicos y políticos y actores estatales, como alcaldes de ambos municipios, que han estado implicados en la ampliación y construcción de la carretera, enfrentando procesos incluso de carácter judicial, por la falta de permisos y licencias ambientales. Desde hace pocos años ha aumentado la presión desde el municipio de Calamar, donde están las zonas de mayor deforestación del país. Esta región se enfrenta la apropiación ilegal de baldíos de la nación, a través de procesos de acaparamiento de tierras, una avanzada a gran escala de procesos de colonización sobre los resguardos indígenas que se encuentran hacia el lado del Vaupés, todo ello enmarcado en el contexto de economías ilegales (SEMANA, 2020).
De un lado esta carretera tuvo sus inicios con las extintas guerrillas de las FARC-EP hace más de 40 años, y también con participación de las comunidades del municipio de Miraflores (SEMANA, 2020; Espectador, 2022) luego del Acuerdo de paz con las extintas FARC en 2016, este corredor se convirtió en un foco de ganadería extensiva remplazando de alguna forma a los cultivos de uso ilícito. Adicional a lo anterior, la falta de regulación y presencia estatal, han allanado el camino para que se den procesos de acaparamiento, dirigidos por “caras no visibles” que financian la deforestación a gran escala, e introducen ganado en la región (Mongabay, 2022; Zona Franca, 2021; El Espectador, 2022).
Actores
Comunidades Comunidades | Actores Sociales | Instituciones Estatales | Sector Privado | Autoridad Ambiental | Actores Armados | Otros |
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Resguardo indígena de Barranquillita; Tucano; Nukak | Juntas de acción comunal | Observatorio de Violencia de la Vicepresidencia de la República; Ministerio de Medio Ambiente; Procuraduría; Gobernación de Guaviare; Alcaldías de Calamar y Miraflores; Fiscalía; Distrito Judicial de Villavicencio;IDEAM; Consejo Nacional contra la Deforestación; Alcaldía de Calamar; Ejército Nacional; Representantes de la Policía. | Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible | CDA | Paramilitares | Extintas FARC Autodefensas del Meta y Vichada Disidencias de las FARC Otros grupos armados ilegales Mafias cocaleras |
Impactos
Impactos Ambientales | Impactos Sociales | Expresiones visibles del CSA - Acciones o repertorios de movilización |
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Impacto ambiental principal Deforestación Impacto ambiental secundario Afectación o pérdida de biodiversidad terrestres (flora, fauna silvestre, agrobiodiversidad) Otros impactos ambientales Cambio en el uso del suelo | Impacto social, cultural y económico principal Apropiación privada de áreas Impacto social, cultural y económico secundario Amenazas Otros impactos sociales, culturales y económicos Pérdida de conocimientos/prácticas/culturas tradicionales | Litigio estratégico Otros impactos Dictamenes de Jueces Inconformidad de las comunidades ante los diferentes cierres que ha tenido la vía Protestas contra el cierre de la vía Calamar Miraflores Especiales periodísticos |
Momentos Clave
18 de Octubre paramilitares de las Autodefensas del Meta y Vichada asesinaron a plena luz del día a cuatro personas en la cabecera municipal de Miraflores, Guaviare.
Aumento de la deforestación 11.456 hectáreas en 2015 a 34.527 hectáreas en 2018 (Semana – IDEAM)
Juez ordenó cerrar un camino por el que estaba construyendo una vía entre Calamar-Miraflores, de más de cien kilómetros, por los daños ambientales que se estaban produciendo.
- 5 de Diciembre. Imputación de cargos por parte de la Fiscalía General de la Nación a los alcaldes de Calamar y Miraflores, por los delitos de daño a los recursos naturales agravados e invasión de área de especial importancia ecológica agravada.
- Diciembre. La Fiscalía General de la Nación pidió como medida cautelar el cierre inmediato de la vía y la prohibición del tránsito de vehículos pesados, incluidos los automotores de la Gobernación de Guaviare y maquinaria amarilla. Un juez de control de garantías de San José del Guaviare dio luz verde a la petición ordenando el cierre de un camino por el que estaba construyendo una vía entre Calamar-Miraflores.
2020: Se abre nuevamente la carretera Calamar – Miraflores.
Juez ordenó el cierre de la vía entre Calamar y Miraflores. Juez promiscuo municipal de San José del Guaviare, que ordenó a las autoridades civiles hacer el cierre y a la fuerza pública la inmediata vigilancia de la medida.
- Enero. Las comunidades del municipio de Miraflores solicitan la apertura de la carretera Calamar Mira Flores por escases de alimentos y energía.
- Marzo, vuelven a abrir la vía Calamar Miraflores.
- A principios de año se documentó la división de las disidencias de las FARC que operan en la región, lo que ha incrementado hechos violentos contra las comunidades.
- En noviembre aumentaron los pagos recibidos por familias campesinas como parte del programa Núcleos de Desarrollo Forestal.
- En febrero, en época de sequía, los bajos niveles del cauce del río Vaupés imposibilitaron el paso de mercancías y personas hacia Miraflores. La Alcaldía del municipio decretó calamidad pública y las comunidades reclamaron la apertura oficial de la vía y mejoramiento de sus condiciones.
- En abril hubo 4 personas muertas, entre ellas un indígena, que según las fuentes fueron acusadas por grupos disidentes de las FARC de ser informantes.
Descargables
¿Cómo citar?
SIAT-AC Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI (2022). Atlas de conflictos socioambientales de la Amazonia colombiana. Afectaciones a las grandes áreas de conservación corredor Calamar -Miraflores [Página web]. Disponible en: https://siatac.co/atlas-tipologia-infraestructura/#conservacion-corredor-calamar-miraflores
Praderización en la zona de Losada-Guayabero
Descripción
La zona de Losada esta ubicada al noroccidente del municipio de la Macarena, cuyo centro es la inspección de San Juan de Losada, que mantiene una relación estrecha con San Vicente del Caguán (Rodríguez, 2020). Allí, la tradición organizativa campesina es fuerte desde hace más de veinte años y es una región donde se ha vivido de manera más directa el conflicto de tierras entre campesinos que viven en zonas de Parques Naturales y las instituciones estatales (Rodríguez, 2020).
La Macarena es una región en donde se han venido dando procesos de colonización por distintos motivos como lo son los auges extractivos, las bonanzas y la violencia de los años 50. Dentro de los principales momentos en este proceso de colonización de la Macarena Meta y el norte de San Vicente del Caguán, están los años cincuenta, donde las familias huían de la violencia de sus territorios originales (Maestre-Másmela, 2021), y llegaron a estas nuevas zonas a colonizar y a transformar el territorio con sus conocimientos y tradiciones (Sinchi, 2004; CIDER, 2020).
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Posteriormente, otro momento que consolida el proceso de colonización se da en la década de los ochenta, con la llegada de nuevos campesinos a las márgenes de los ríos Losada y Guayabero, en donde se continuó implementando necesariamente técnicas de manejo del territorio que la gente traía como parte de su cultura basadas en la tumba y la quema, formando parches de pastos en esta región (Sinchi, 2004). La década de los 90 es una época de gran poblamiento en la región, donde se desarrolló buena parte de la infraestructura de centros poblados rurales, en donde hay una gran incidencia de este poblamiento por el auge en el cultivo de hoja de coca (CIDER, 2020).
En este proceso de colonización y transformación de territorio que se ha venido dando ya por varias décadas, claramente hay una fuerte influencia sobre las visiones culturales, lo cual se refleja en lo que señalan los voceros de asociaciones campesinas de la zona quienes dicen que: “Es un tema cultural también. Lo que un campesino caqueteño entiende por trabajar es tumbar el bosque, meterle candela y sembrar pasto para el ganado y si ya no hay nadie que se lo prohíba…” (Vélez, 2018).
A partir de la salida del territorio de las extintas FARC como resultado del Acuerdo de paz (CIDER, 2020), esto no solo ha sido aprovechada por las disidencias que siguen teniendo control territorial en la zona, si no también ha sido aprovechado por distintos actores que ya le prestan poca atención a las asociaciones campesinas en temas de cuidado ambiental y mientras el Estado no llegue como prometió que lo haría la deforestación continuará (Vélez, 2018). A esto se suma que las disidencias han estado permitiendo talar para ganarse la confianza de la gente (Vélez, 2018). Además, hay grandes inversiones que están promoviendo la deforestación en esta zona y en áreas aledañas, tanto para promover la ganadería como la praderización (CIDER, 2020), pero especialmente tienen que ver con una serie de relaciones económicas basadas en el endeude de los productores locales con dinero proveniente de apoderados foráneos (CEALDES, 2020).
Por otra parte, el asesinato de líderes sociales y ambientales en años recientes, como fue el caso de Erley Monroy Fierro (Verdad Abierta, 2020), quien era uno de los lideres de Asociación Campesina Ambientalista Losada Guayabero Ascal-G, han generado preocupaciones por parte de la comunidad sobre las garantías que existen para la defensa de los temas ambientales y territoriales (Verdad Abierta, 2020). Ascal-G, que agrupa a 70 veredas del municipio de San Juan de Losada, en todo el límite entre Meta y Caquetá se dedica sobre todo a ejercer un control ambiental allí, y es allí donde uno de sus voceros señaló que han venido perdiendo liderazgo desde que asesinaron Erley Monroy (Vélez, 2018). No obstante, todas estas situaciones en el 2022 se hace la declaración de la Reserva Campesina Losada Guayabero (ANT, 2022).
Como parte de las visiones que los campesinos tienen sobre estas disputas territoriales y sobre su interés en la conformación de las Zonas de Reserva Campesina, se encuentra la visión de líderes de asociaciones campesinas de la zona quienes señalan que: “se ha venido hablando mucho de las ZRC porque nos parece a nosotros que es la única manera que nosotros tenemos para conservar ¿por qué decimos eso? Porque resulta que mediante la ZRC se instala prácticamente un gobierno propio, local. No se va a desarticular de nada de la vida nacional ni de lo departamental ni de lo municipal, pero sí adquirimos una categoría superior y es la de poder elaborar nuestro propio plan de desarrollo” (Maestre-Másmela, 2021).
Ubicación
Departamento: Meta
Municipios: Macarena
Otros datos de Ubicación: Zona de Reserva Campesina Losada Guayabero
Causas
Es una zona donde ha habido conflictos entre las políticas sectoriales de los últimos años, en el marco del Acuerdo de Paz, principalmente asociadas a un nuevo impulso de democratización estatal, atendiendo los principios de justicia restaurativa, mientras que, al tiempo, se promueve una nueva estrategia de empresarialización del sector rural (CIDER. (2020). A esto se debe sumar que el hecho que la actual reserva Losada Guayabero colinde con las áreas de los Parques Naturales Nacionales de Tinigua y de Picacho ha traído de manera permanente unas tensiones territoriales (Maestre-Másmela & Roa-García, 2023). La ausencia estatal a lo largo de años en estas zonas, sumado a los procesos de colonización que en distintos momentos ha promovido el mismo estado en décadas anteriores, ha generado que los campesinos que han ido colonizando las zonas que están dentro del parque y su periferia, se hayan ido organizando y hayan planificado a su manera el ordenamiento del territorio, el cual, a pesar de estar fuera de las instancias legales, para ellos es válida y es la que les ha funcionado (Borda, 2017).
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En este escenario se debe entender que la deforestación es un fenómeno que vincula un conjunto de dinámicas económicas, sociales, políticas, y ecológicas, tanto históricas como actuales (CIDER, 2020), en donde para la zona de Losada Guayabero han confluido varios temas estructurales que han tenido diversidad de impactos, dentro de estos temas están la salida de las extintas FARC, lo cual generó una nueva reorganización de actores territoriales, sumado a esto se ha venido dando una economía regional que está muy asociada con el remplazo de los bosques para actividades económicas que hacen los campesinos para sobrevivir, como la ganadería y la praderización, actividades que se han visto aceleradas por actores externos con poder de inversión, a esto se le suma que ha habido cumplimiento parcial o incumplimiento total de los acuerdos de la Habana (CIDER, 2020)
Actores
Organizaciones Sociales | Institución Estatal | Autoridad Ambiental | Actores Armados | Otro |
---|---|---|---|---|
Asociación Campesina Ambiental de Losada Guayabero (ASCAL-G) | Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales Naturales; Gobernación del Meta; Alcaldías municipales de La Macarena; Defensoría del Pueblo; Departamento para la Prosperidad Social y Dirección para la Atención Integral de Lucha contra las Drogas; Minambiente; Mindefensa; Minagricultura; Ministerio de MInas y Energía; ICA; ANLA; Fiscalia; Procuraduria; Visión amazonia, ANT; ADR; DCSI ART; | CORMACARENA | Disidencias de las FARC | Pastoral |
Impactos
Impacto ambiental principal Deforestación Impacto ambiental secundario Afectación o pérdida de biodiversidad terrestres (flora, fauna silvestre, agrobiodiversidad) Otros impactos ambientales Cambio en el uso del suelo | Impacto social, cultural y económico principal Asesinatos a líderes sociales Impacto social, cultural y económico secundario Desplazamiento Otros impactos sociales, culturales y económicos Despojo de tierras |
Momentos Clave
Descargables
¿Cómo citar?
SIAT-AC Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI (2023). Atlas de conflictos socioambientales de la Amazonia colombiana. Praderización en la zona de Losada-Guayabero [Página web]. Disponible en: https://siatac.co/atlas-tipologia-hidrocarburos/#praderizacion-losada-guayabero